Salmonfest

En el año del bicentenario de la patria, y en el décimo aniversario del disco El Salmón, surge el Salmonfest, una fiesta que celebra la épica cancionera gestada por Calamaro que, encerrado en domésticos estudios de grabación, con la compañía del Cuino Scornik, compuso y grabó, sin ningún tipo de condicionamientos, cerca de 300 canciones en apenas tres meses.

3 sept 2010

Los que estamos, estamos y se acabó, estamos haciendo rock and roll

Ayer vimos los videos en crudo del Salmonfest. En estos días vamos a estar subiendo algo. Sinceramente, hay imágenes impresionantes. Ya van a ver de qué hablamos. Lo que podemos adelantar es que hay unos planos del Cuino cantando con el corazón en la boca que nos llevaron a replantear nuestra vida entera. Para los que no fueron o no se acuerdan, el repertorio del Cuino fue el siguiente:

1) No me pidas que no sea un inconsciente

2) El muro de Berlín
3) Culo sin asiento
4) Me llaman Cuino
5) El Salmón

En breve estáremos subiendo esos videos. Mientras tanto dejamos El muro de Berlín, tema escrito por el Cuino.



Mandela, Malcom X, Sammy Davies y Angela Davis
todos tienen el mismo color
sexo, drogas y rock & roll
el mismo vértigo y sabor
nunca monté en un fórmula uno
me imagino el temblor

Tyson, Leonard, Mohammed, Diego
todos fuimos
somos rey al volver
que suerte

La llave encontré
no inventé el reino, el reino de Israel
no soy premio Nobel de la paz,
déjame en paz

Manolito Montoya en mi televisor
Bo Derek es igual a la mujer anterior
los que estamos, estamos y se acabó
estamos haciendo rock and roll

Si alguna vez fue verdad
reyes o navidad
nunca faltará en Kosovo
alguien a quien salvar

Se cayó el muro de Berlín
y no conocí al mago Merlín
pero creo, estoy seguro
que me vas a encontrar

Estoy seguro que me vas a encontrar
Creo, estoy seguro, que me vas a encontrar


Por último, linkeamos una nota que debe ser leída.
“Lo que nos impulsaba por entonces era el deseo de no querer dormir. Porque difícilmente el momento de despertarse iba a ser tan bueno como ese momento en que te quedaste dormido. Y con el correr de las canciones y los días, se transformó en algo heroico, que tenía que ver con mojarle la oreja a todo el mundo. Teníamos charlas donde hablábamos de grandes autores, compositores, músicos, colegas, amigos... por ahí te los encontrabas y te decían: ‘Escribí una canción’. Nosotros decíamos: ‘¡Una canción! Nosotros una canción te la escribimos en un rato’. ¡Hacer sólo una canción por día para nosotros era un fracaso!”.

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